Crepas saladas gourmet

Crepes salados y saludables

Si al ver un puesto de crepes se te acelera el corazón, entenderás por qué me encanta que los crepes salados sean tan fáciles de hacer en casa. Son una maravilla: crepes tiernas rebosantes de queso y jamón fino y salado. Universalmente adorados y convenientemente adaptables a infinitas combinaciones de queso, carne y verduras.

Con una batidora y seis ingredientes que seguro que tiene a mano, puede preparar una sabrosa masa para crepes en 5 minutos. Deberás dejar reposar la masa en el frigorífico durante 30 minutos para obtener la mejor textura, pero luego tendrás convenientemente un día entero para usarla.

Aunque los crepes salados son finos y tiernos, son sorprendentemente robustos y resistentes. Si untas la sartén con aceite entre cada crepe, podrás cocinarlas y apilarlas, ya que no se pegarán. Y, una vez frías, puedes guardarlas en el frigorífico o en el congelador para volver a calentarlas más tarde.

Una vez que los crepes se hayan enfriado por completo, cúbralos con papel film y guárdelos en el frigorífico hasta 2 días. Para recalentarlas, colóquelas (no pasa nada si se solapan) en una bandeja para hornear forrada con papel de horno. Cúbralas con papel de aluminio y caliéntelas en el horno a 250˚F de 10 a 12 minutos. O recaliéntelos individualmente en una sartén antiadherente o en una crepera a fuego medio-bajo durante 10 o 15 segundos.

¿Cómo se llaman las crepes saladas?

Las crepes saladas (llamadas “galettes” en francés) se elaboran únicamente con agua, sal y harina de trigo sarraceno. Esta variedad de masa no contiene gluten. Son más saladas que las crepes y su color es marrón. Las galettes suelen rellenarse con ingredientes salados, aunque también puede utilizarse caramelo de mantequilla salada.

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¿Qué significa crepes salados?

Los crepes salados se elaboran con harinas que no son de trigo, como el trigo sarraceno. Una receta normal de crêpes salados incluye el uso de harina de trigo pero omitiendo el azúcar. La masa hecha con harina de trigo sarraceno no contiene gluten, por lo que las personas alérgicas al trigo o con intolerancia al gluten pueden comer este tipo de crepes.

¿Los franceses comen crepes salados?

Las crêpes son unas tortitas ultrafinas muy comunes en Francia que pueden hacerse dulces o saladas, normalmente enrolladas o plegadas con rellenos variados, desde mermelada o Nutella hasta jamón y queso o marisco.

Crepes salados franceses

He aquí Crepes con setas silvestres y gruyere.    (Vale, seamos sinceros, no creo que las setas que compré en Vons fueran setas silvestres, pero eran elegantes, así que espero que perdonéis el nombre).

Las crepes saladas ocupan un lugar especial en mi corazón, sólo superadas por las crepes dulces (jeje, es broma… quizá…).    Pero en serio, me encantan las crepes de todas las variedades y tengo una receta estelar de crepes que no falla y que saco una y otra vez cada vez que a Dave y a mí se nos antoja una tanda.

Así que volviendo a la receta que nos ocupa, utilicé mi receta de crepes para batidora.    Pero espolvoreé gruyere en una mitad de la crepe durante la cocción para crear una quesadilla francesa. Y salteé unos champiñones, ajo y tomillo en mantequilla (con un toque de brandy) para obtener la cobertura de champiñones más deliciosa y húmeda que jamás haya imaginado.

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Qué envidia que puedas ir a París para tus antojos de crepes. Yo haría lo mismo. Sólo tenemos unos pocos buenos lugares crepe en San Diego que he encontrado y son lamentablemente caro.

Las mejores recetas de crepes para cenar

Kenji fue director culinario de Serious Eats y actualmente es consultor culinario del sitio. También es columnista gastronómico del New York Times y autor de The Food Lab: Better Home Cooking Through Science.

Las tortitas son sencillas. Son comida de restaurante. Es lo que se hace un domingo por la mañana con los niños. Los crepes son elegantes. Son comida de restaurante francés. Son lo que haces una vez a la semana después de tus vacaciones parisinas porque quieres revivir recuerdos agradables.

Esta dicotomía siempre me ha parecido muy, muy extraña, porque lo cierto es que los crepes no son difíciles de hacer; de hecho, son mucho más fáciles de hacer que las tortitas. Debe estar en el nombre, así que llamémoslas “tortitas finas” para simplificar.

Las tortitas finas llevan menos ingredientes (y ninguno, como el suero de leche, que no tengas a mano). Requieren menos recipientes y utensilios que ensuciar y lavar, y son mucho más rápidas de hacer. Es más fácil adaptarlas a rellenos dulces o salados -lo que las hace ideales para el desayuno o la cena- y, lo mejor de todo, puedes hacer crepes con antelación, incluso unos días, sin perder calidad.

Rellenos salados tradicionales para crepes

Los crepes se hacen con una mezcla de huevos, mantequilla derretida, leche y harina de trigo. La masa resultante se utiliza para hacer crepes salados, por ejemplo los que llevan jamón y queso. Para hacer crepes dulces, basta con añadir un poco de azúcar y sabor a la masa. Esta variedad de crepes puede rellenarse con chocolate, mermelada o miel.

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Las crepes saladas (llamadas “galettes en francés) se elaboran únicamente con agua, sal y harina de trigo sarraceno. Esta variedad de masa no contiene gluten. Son más saladas que las crepes y su color es marrón. Las galettes se suelen rellenar con ingredientes salados, aunque también se puede utilizar caramelo de mantequilla salada. Se puede distinguir una galette de una crepe gracias a los agujeros que se deben a la fermentación de la masa.

A los niños les encantan las crepes y, sin embargo, rara vez se presentan de forma lúdica o adaptada al consumo de los más pequeños. Son los niños los que tienen que adaptarse a las crepes hechas para adultos, y nunca las crepes que se adaptan a sus expectativas, ya sea en sabor, forma o color.

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